La tecnología nunca podrá sustituir las manos de un buen estilista.

 

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Por Mirla Rodríguez

Propietaria Mirla Toute Belle Salon & Spa

La tecnología ha jugado un papel protagónico en la evolución del cuidado del cabello, los productos que usamos, y los procesos que nos asisten. El estilismo y el cuidado del cabello, como toda industria en el mundo, se han beneficiado de estos avances. Sin embargo, no importa cuánto la tecnología avance, jamás va a poder sustituir las manos, la experiencia y la creatividad de un buen estilista.

Un estilista profesional no se ocupa solo de cortar o teñir cabellos. Lo analiza, puede detectar condiciones de salud observando su estado, sugiere que puede quedarle mejor a un cliente y orientarle a base de sus años de experiencia. Aprende constantemente y está al día de cómo evolucionan los trends, pero sabe cuándo sugerirlos y cuando no. ¿Y cómo encontramos un estilista de excelencia?

Poner tu cabello en manos de un estilista no es una decisión sencilla.  Probablemente el cabello es la parte del cuerpo que más cuidamos las mujeres e invertimos mucho en ello.

A todas nos ha pasado que nos dejamos guiar por los precios o las prisas y terminamos eligiendo “una tijera” nueva a ciegas. De pronto, terminas con un corte desastroso o el cabello arruinado o quemado. Así que, ¿cómo detectar a un buen estilista?

  • Respeta tus decisiones, pero te orienta sobre aspectos que no conoces.

Tu cabello no es un lienzo para experimentar, por lo que si tú sólo quieres un despunte, él o ella lo tendrá que respetar por más aburrido que le parezca. Es válido que te sugieran cosas, pero si notas que es demasiado insistente en cambios radicales porque son la moda, es momento de decirle adiós. Un buen estilista sabe orientar, sin empujar.

  • Tiene un bagaje de experiencia y sigue aprendiendo

Cuando una persona sabe su profesión y le apasiona, se nota. Debe aconsejarte según tus necesidades específicas. Todas queremos dejar nuestro cabello en manos de una persona profesional, que sepa del tema y que además se disfrute lo que hace.

  • Es ameno conversar con él o ella

Es básico que exista química entre ambas al grado de que te sientas en confianza de decirle si va bien, si hay que parar para darte a entender mejor, si necesitas de su orientación, etc. Te debe inspirar confianza.

  • No trata de automáticamente venderte productos

Una cosa es sugerirte un tratamiento porque ha detectado una condición en tu cabello y otra muy diferente es que te acose tratándote de vender los productos del salón de belleza como uso y costumbre.

  • Tiempo y precio

Un estilista, por más bueno que sea, no puede tardarse tanto tiempo en un corte o tinte. Debe entender las necesidades de sus clientes y dentro de ellas está el hecho de que tienes otras mil cosas que hacer, por lo que no puedes invertir un día entero en el salón de belleza. Una buena estrategia es que tenga un equipo de trabajo armonizado, que mientras la colorista trabaja y termina, la estilista esta lista para el recorte, y ahorrar tiempo. Es una cuestión de balance y organización.

Por otro lado, lo barato siempre te va a costar mucho más. No se trata de invertir cantidades astronómicas, pero sí de buscar calidad y referencias. He atendido a tantas clientas para arreglarle desastres que se hicieron por $15 o $20 dólares, que la lista es interminable.

Nada de esto lo puede hacer la tecnología sola. Las manos expertas son vitales.

La tecnología, los productos y un buen estilista son una combinación ganadora, pero siempre confía en las manos de tu estilista, antes que en nada más. La tecnología está para usarla a nuestro favor, no para que nos dirija.

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